lunes, septiembre 09, 2013

[EL PODER DE UNA CONVERSACIÓN] Alvaro Gonzalez



“Nos jugamos la vida en las conversaciones que tenemos. Piensa en tu vida en términos de conversaciones. Nos jugamos la vida en las conversaciones que tenemos y también en las que no tenemos.” - Alvaro Gonzalez

Encontré la charla de Alvaro Gonzalez en los vídeos de TED (como todo aquello que encontramos cuando buceamos en la red). “El poder de una conversación” -¡Interesante tema!- Me sorprendí y di play. Lo siguiente que paso fue un click entre lo aprendido de Rafael Echeverria (coaching ontológico), y la experiencia al liderar equipos de emprendimiento… ¡Lo encontré y te lo comparto!

El texto es un extracto de la misma charla de Alvaro Gonzalez que podrás ver en vídeo al final del post. Me di a la tarea de transcribir la mayor parte para asentar el conocimiento en la escritura y la lectura. Espero te sea de utilidad. Y al igual que yo, descubras el poder transformacional de la palabra en una conversación bien diseñada y argumentada con valor humano.


[EL PODER DE UNA CONVERSACIÓN]
Alvaro Gonzalez

Entre la máquina de escribir y el iPhone hay una conexión de cambios tecnológicos. Pero los cambios tecnológicos no vienen solos, detrás de los cambios tecnológicos hay cambios sociales, hay cambios políticos, hay cambios culturales, cambios en modelos de negocio, hay cambios en modelos de comunicación. Y detrás de todos esos cambios hay un tiempo incierto que es el que estamos viviendo.

Somos protagonistas de este momento histórico en el que nunca antes una generación ha tenido que aprender tantas cosas tan rápido como nosotros. Estos tiempos de grandes cambios también son tiempos de grandes contrastes y grandes paradojas.

Tenemos al mundo en el bolsillo, tenemos acceso al mundo en el bolsillo. Y esto nos permite conectarnos con todo el mundo. Paradójicamente a veces ayuda a que nos desconectarnos de la persona que tenemos al lado.

Estos son los tiempos que vivimos, y tengo la sospecha que en esta locura por la comunicación, estamos empleándola a veces por sustituir conversaciones o sustituir encuentros que requieren otro formato.

Esas conversaciones que a veces piensan, duelen, cuestan preparar, requieren un esfuerzo intelectual, requieren un esfuerzo emocional. “Menos e-mails y mas conversaciones”.

Tenemos que abordar lo nuestro, conmovernos con esas viejas amistades que se reúnen en el parque y que han sobrevivido tantos empates, con esos matrimonios de ancianos que se siguen queriendo a pesar de todo, que han sobrevivido a un tiempo muy difícil. Y conmueven porque vivimos en un tiempo en el que hay tantas familias rotas, tantos niños solos, tantas amistades rotas, tantos equipos rotos. Hay países que están rotos. El mundo está roto básicamente.

Y cuando uno piensa en tantas cosas rotas que están a nuestro alrededor uno dice ¡Y bueno! ¿Qué voy a hacer yo con todo esto? ¡Bastante tengo yo con lo mío!... Y eso es precisamente, me parece, el punto. Tenemos que abordar lo nuestro. Tenemos que abordar esa parte del mundo que cae sobre nosotros, sobre nuestros hombros. Y son esas conversaciones que tenemos que tener con las relaciones deterioradas que hay nuestra vida. Si tú y yo afrontamos esas conversaciones pendientes y restauramos relaciones deterioradas estamos empezando a cambiar el mundo.

¿Sabes lo que te digo? A muchos de los problemas que tenemos entre mano: en nuestras familias, en nuestros equipos, en nuestra sociedad, en el mundo. A muchos de los problemas les faltan conversaciones.

Pero hay una conversación verdadera. No es una conversación suponer el punto de vista del otro sin dejarle expresarse, no es una conversación hablar con un charlatán sin escuchar, no es una conversación acorralar, atacar. No es una conversación el juego de las indirectas, no es una conversación pedir consejo habiendo tomado una decisión definitiva, nada de esto es una conversación.

Una conversación se parece más a una multiplicación que a una suma. Tiene mucho más que ver con el nosotros que con el yo. Una conversación no es una yuxtaposición de planteamientos: el tuyo, el mío, el tuyo, el mío… Es la fertilización de puntos de vista. O dicho de otra manera, detrás de una conversación verdadera no hay un ganador, un vencedor, o tablas como en el ajedrez de la negociación.

Detrás de una conversación verdadera hay dos personas o dos países que están más cerca de la verdad. Verdad que ninguno de nosotros posee y a la que tenemos que acercarnos con humildad y con ayuda de los demás. Eso es una conversación verdadera.

Un momento de magia, HEY JUDE. Lenon y McCartney para Julian:


Y es verdad que si tú y yo nos echamos el peso del mundo sobre los hombros nos aplasta con su peso, ¡todos los problemas verdad! Sin embargo si hay una parte del mundo que tu y yo si nos podemos echar al hombro. Lo que tú y yo nos podemos echar al hombro son a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestros amigos, a nuestros colegas, al conductor del autobús, al camarero, a todas las personas con las que interactuamos en el día a día, a todas esas personas nos las podemos echar al hombro.

Recientemente me decía un amigo. Sabes, hay dos tipos de personas: los que te dan gasolina… y los que te la quitan.

Resulta que hay personas que cuando hablas con ellas te inspiran con sus ideas, te llenan con su fuerza, contagian su optimismo. Te llenan el depósito de gasolina. En cambio hay personas que cuando hablas con ellas te dejan seco. “¿Quieres que te cuente mis últimos problemas? ¡No, me conformo con los penúltimos! Cada vez que hablas conmigo me matas.

He llegado a una intuición que no he visto probada en algún estudio, pero es una intuición muy fuerte, porque es una verdad que me parece universal. “La calidad de tu liderazgo depende de la calidad de tus conversaciones”. ¿Tú has pensado alguna vez como es la calidad de tu conversación? ¿Qué piensan tus padres, tus hermanos, tus amigos, tu familia, tus colegas? ¿Qué piensan ellos de tu manera de conversar? ¿Has pensado alguna vez como son tus conversaciones? ¿Cómo las evaluarían?

Posiblemente, todos podemos tenerlo, es fácil que las tengamos, conversaciones pendientes en nuestra vida. Y por si tienes alguna conversación pendiente me gustaría ofrecerte una herramienta muy sencilla para diseñar conversaciones que realmente pongan en valor el poder de una conversación. Esa capacidad transformadora.

MODELO -> Pienso que una conversación tiene como dos dimensiones: La calidad de la argumentación y la empatía -la empatía que hay entre los interlocutores-. La argumentación, básicamente es la capacidad que tenemos de construir un mensaje solido, contundente, convincente, bien estructurado, apoyado en datos. Hay gente que tiene esta capacidad muy desarrollada. Y la otra capacidad, lamentablemente resulta excepcional en muchos directivos ¿No! Que tienen una gran capacidad, una gran formación y un analfabetismo emocional memorable. La capacidad de sintonizar la empatía con la emoción de la otra persona. Con el estado de ánimo. Al menos de encontrar un canal, compartido.

Cuando integramos estas dos variables lo que vemos es que en esas conversaciones que tenemos donde no hay una buena argumentación no las hemos preparado bien hemos improvisado y no hay empatía entre nosotros, estamos en la típica conversación cuyo efecto es el desgaste. Esas conversaciones a las que nos lanzamos sin habernos preparado, tenemos un cierto de conflicto con la otra persona, la cosa se va complicando y calentando la conversación, y cuando termina la conversación uno dice ¿Oye, sabes lo que te digo? Que me podría haber ahorrado esta conversación porque la foto del problema después de la conversación es peor que antes ¿verdad? Y es la típica conversación que desgasta las relaciones, ¡muy frecuente!

Hay otro tipo de conversación que es la conversación rechazo, también muy habitual en el ámbito directivo. Vamos a esa conversación sintiéndonos en posesión de la verdad. Y lanzamos nuestra argumentación como una piedra gigante a la otra persona esperando como única respuesta un: ¡Si Sr!... Y lo que obtenemos es su rechazo igual que esos boxeadores que están contra las cuerdas y la única salida que tienen es golpearnos para salir. Eso es lo que hacemos cuando arrollamos a los demás sin tener en cuenta su punto de vista, sus emociones, ¿cómo se encuentran?, ¿cómo podemos construir juntos? Y muchas veces somos tan torpes que este es el efecto que logramos, EL RECHAZO.

En otras ocasiones sucede que la argumentación es baja pero hay mucha empatía, nos conocemos, tenemos mucha confianza. Nos hemos tratado mucho, ¡ya nos conocemos verdad! Y en esas conversaciones, fácilmente se puede calentar el tono de la conversación, ¿verdad? Y empezamos a subir ese tono con gestos y con palabras que a veces son cortantes, ¡las palabras son muy cortantes! “Tu comportamiento me parece mezquino… ¿Mezquino? ¡Yo que llevo 10 años trabajando y dejándome el pellejo con esta empresa… Y uno se va con la palabra mezquino en los hombros a su casa ¿verdad? Las palabras son cortantes y cuando nos calentamos decimos palabras de las que debiéramos arrepentirnos muchas veces.

Hay muchas amistades rotas, familias rotas, equipos rotos detrás de conversaciones que han sido explosivas, detrás de esas conversaciones que han dejado heridas, que no se han cerrado con el perdón. Por ello me gustaría sugerirles que tengamos la capacidad, la habilidad, de tener conversaciones inspiradoras, de tener conversaciones que ayuden a otras personas a cambiar porque todos en la vida a veces necesitamos de una mano que nos saque del hielo ¿verdad? Y en esas conversaciones que preparamos bien, que diseñamos, a las que ponemos cariño, hacemos el esfuerzo por sintonizar con la otra persona, por entenderle. En esas conversaciones somos capaces de acercarnos a esa frontera que separa nuestra capacidad de inspirar, de la libertad de la otra persona para hacer lo que le dé la gana tras esa conversación.

Algunas de estas conversaciones dan fruto inmediato. Otras conversaciones inspiradoras tardan años. Y hay veces que no vemos los frutos. Pero en nosotros siempre da fruto una conversación inspiradora porque hemos tenido la valentía, la inteligencia y el cariño de decirle algo a alguien algo que ha sido difícil.


Me gustaría terminar esta charla con una propuesta. Una propuesta para ustedes y también para mí. Y antes de terminar con la propuesta, dos pensamientos: El primero es aprender a ser más comprensivo con los atrevimientos, travesuras y desobediencias para cultivar la tolerancia. El segundo es que la vida es mucho más interesante cuando somos atrevidos. Aprendemos mucho más cuando somos atrevidos.

Así que esto es lo que quiero lanzarles. Una propuesta atrevida para terminar esta sección. La propuesta es: “Escoge una de tus conversaciones pendientes…” Escoge un conversación que tienes pendiente: con alguien de tu equipo que este desmotivado, con un jefe al que internamente desprecias, con un amigo del que sabes que anda metido en problemas, con un hermano del que no sabes nada porque te dejaste de hablarte hace años, o tal vez con la persona a la que amaste y de la que ahora no esperas nada más que una soportable convivencia. Escoge una de tus conversaciones pendientes “...y transfórmala en una conversación inspiradora” ¡Muchas gracias!




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